Los regalos de Cat y James

Crónicas del FIB. Día 3

Algo extraño ocurre esta noche en la que Cat Power ya no luce esa lánguida melena con flequillo bajo la que corrían tristes las notas del Sea of love, único éxito de Phil Phillips. Ya no parece Jane Birkin, ahora es una musa electrónica, morena, de voz fascinante y oscura. Rodeada de mujeres, ignota y escurridiza, juego a retratar su perfil a contraluz. Me aferro a ella y a mis queridos Manic Street Preachers en esta noche oscura del talento, en la que la luz ocupa los escanarios pequeños y la oscuridad se adueña del grande. James Dean Bradfield me regaló una de mis canciones favoritas (Ocean Spray) que disfruté abrazado a una de mis hijas. Fue ese momento mágico de las noches extrañas, pobladas de tipos de Pete Doherty, zombies, residuos de esta vida residual que hemos alcanzado con bastante esfuerzo; pobladas por muñecos hinchables, biberones (con los que llenó el escenario la peculiar Lily Allen) y disfaces. Acepté esta noche los regalos de Cat y James. Apagué la luz y se hizo el silencio.

Los Nastys
Los Nastys

El público de los Nastys
El público de los Nastys

Matt Saunders, de Telegram
Matt Saunders, de Telegram

Una fan de Jero Romero
Una fan de Jero Romero

Algo parecido a un grupo de amigos
Algo parecido a un grupo de amigos

Un hombre de goma escucha las canciones de Katy B
Un hombre de goma escucha las canciones de Katy B

Katiy B
Katiy B

James Dean Bradfield, de Manic Street Preachers
James Dean Bradfield, de Manic Street Preachers

Nicky Wire, de Manic Street Preachers
Nicky Wire, de Manic Street Preachers

Lily Allen
Lily Allen

Cat Power
Cat Power

Mi espectadora favorita de la noche
Mi espectadora favorita de la noche

Pete Doherty, de The Libertines
Pete Doherty, de The Libertines

Uno de esos momentos
Uno de esos momentos

Entrada la noche
Entrada la noche

Uno de tantos besos
Uno de tantos besos

Fin de fiesta
Fin de fiesta