Este retrato está tomado en una prisión, un lugar donde casi todo está prohibido. También tomar fotografías. No conozco a este hombre. Aunque se ha puesto su mejor traje (tal vez el único). Le viene algo grande, es probable que no sea de su talla. Entre rejas nada ajusta a la perfección. Ha llamado a la puerta, con su camisa negra de un planchado impecable, a conjunto con el pantalón y los zapatos, y me ha pedido que le haga una foto para enviársela a su hijo.
A veces la cámara te permite hacer milagros (Not a single word required to become whole again).
Quiere darle el retrato a la persona a la que más quiere, mostrarse como alguien hermoso, alguien de quien sentirse orgulloso. No le han importado las risas de sus compañeros ni le ha incomodado la falta de intimidad. Ha sido un acto de amor emocionante.
2 respuestas a «El hombre que quería una foto»
Y esa foto lo refleja perfectamente. Enhorabuena por la historia, es emocionante.
Gracias, Joaquin.