I fell in love with the dreams of children
I saw a vision of all the happy days
The Jam
En este horizonte paralelo Benicàssim tiene frontera con Jamaica. Y emergen niños de cada rincón. Los veo aprendiendo malabarismos, corriendo, marcando con sus dedos un off-beat imaginario, dormidos en el aire de Kingston, donde retumba la tierra al compás del Watch out for this del energético Reanno Gordon, más conocido como Busy Signal. Aparecen críos en esta ciudad onírica bajo repentinas humaredas de hierba de un verde brillante que lleva la felicidad a cada rincón del mundo, aparecen pequeños con sus tímpanos protegidos por grandes cascos de colores, a hombros de sus padres, bailando para Jimmy Cliff hasta que no pueden más y caen rendidos sobre el suelo vegetal. Me fijo en esos detalles porque me ayudan a entender cómo explicar el sonido a través de las imágenes. Busco entre los libros imaginarios de la biblioteca de cuerdas y nudos de José Antonio Portillo, instalada en el festival, entre la fruta, los vestimentas que llevaba Bob Marley y las pizzas recién hechas. Busco en los lugares recónditos del ritmo tranquilo del reggae (ese tenue balanceo de las caderas con las piernas arqueadas y la pelvis adelantada), me sonrío ante el rictus placentero de la marihuana en los rostros. Pretendo traspasar el sonido, ser capaz de oir en silencio. Como en los sueños de los niños, donde las canciones son fotografías.
2 respuestas a «El sueño de los niños»
Excelente el reportaje fotográfico en su conjunto y excelentes cada una de las fotos,al menos para mi…Y muy bien por el texto que lo acompaña.
Muchas gracias!