Otro Gürtel es posible o la crónica de un juicio inacabado

Lluvia

En realidad, lo que sigue es una anticrónica puesto que solo los fotógrafos de la Agencia EFE tienen acceso a la sala donde se juzga al ex presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, y el ex secretario general del PP valenciano, Ricardo Costa, por el asuntillo ese de los trajes que todos conocemos. Faltan pues en esta secuencia las fotos del juicio propiamente dicho y las de aquellos testigos que, por estar en prisión, no accedían por su propio pie a la sala. En realidad, tampoco me importa mucho lo que esté o lo que deje de estar ya que he seleccionado estas imágenes a partir de mi gusto que, como todo el mundo habría de saber a estas alturas, es exquisito, a pesar de las horas y horas de calle y frío necesarias para este tipo de aventuras fotográficas.

El traje

El asunto, o uno de ellos, versa sobre el regalo de trajes. Camps ha lucido unos cuentos (a mi, todos me parecen iguales) y solo en una ocasión llevó un abrigo que permitió esta composición tan "gürteliana".


El mogollón

El primer día del juicio, periodistas, cámaras y micrófonos en varios pisos de altura. Intenté subirme a una azotea cercana con un teleobjetivo pero no logré engañar a ningún portero, de modo que me tuve que conformar con la perspectiva desde la rama de un magnolio del parque que está frente al edificio.


Críticas

Enseguida aparecieron grupos de manifestantes críticos con Camps. Poca gente, la verdad, y solo los dos primeros días; se dedicaron a animar las esperas con cánticos de todo tipo.


Los vigilantes

El despliegue policial fue notable. Siempre excesivo, deja patente que el principal acusado aún cuenta con amigos poderosos preocupados por una seguridad que en ningún momento se ha visto comprometida.


La llegada

Estar lejos tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Apenas podía ver la cabeza de Camps asomando sobre las del grupo de manifestantes pero, por otra parte, me interesaba ese juego de distancia física por una parte y de igualdad entre el ex presidente y el resto de los mortales. Su mano saludando a unos simpatizantes inexistentes se confunde con las de aquellos que profieren gritos en su contra.


El autobús

Desde mi punto de vista, bajo el magnolio, entre mi cámara y la puerta del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, circulaban muchos vehículos. Los autobuses, en especial, dan mucho juego desde el punto de vista gráfico.


El sombrero

El sombrero. Eso, alguien al otro lado del seto, cuya cabeza permanece oculta.


Las canciones

Las canciones


Por lo pelos

A veces, la diferencia entre una foto y un churro es cuestión de décimas de segundo en las que tienes que "pelear" duro con otros compañeros o aprovechar su cámara para que te ayude a contar la historia.

Escenas callejeras

Escenas callejeras


Matando pajaritos

Las esperas son largas, hace frío y hay que entretenerse con los juegos de moda.


Manolo Nebot

Manolo es un fotógrafo veterano que trabaja en Castellón y solo viene a Valencia para las grandes ocasiones. Ese día estaba mejor equipado que yo para el frío, aunque andábamos tan apretados que el viento gélido se notaba menos.


Amanecer

Amanecer


Luz borrosa

Luz borrosa


Uno de esos gestos

Uno de esos gestos


Documentos en la pantalla

Documentos en la pantalla


Periodistas

Periodistas


Bodegón imprevisto

Bodegón imprevisto. Alcantarilla y periódico unidos por el azar del viento


Manolo al acecho

Manolo Molines, fotógrafo del diario Levante-Emv simula estar escondido tras una marquesina a la espera de que llegue el coche que trae a Francisco Camps. Manolo siempre está de buen humor.


El público entra en la sala

El público entra en la sala


La pelusillla de Ric

Me llamó la atención la pelusilla en los hombros de Ricardo Costa, siempre con trajes impecables.


Emilia en la puerta

Emilia Mora, una abuela a la que la justicia impide de forma incomprensible ver a su nieto (al que ha criado) acudió un par de días a protestar ante las puertas del tribunal. Su tesón es admirable.


El acusado hablador

Creo que en ese momento estaba diciendo que había recibido millones de llamadas de apoyo


Señoras con perro que paran a la puerta

Señoras con perro que paran a la puerta


Papeles en la mano

Papeles en la mano


La abnegada esposa

La abnegada esposa


Sesiones interminables

Sesiones interminables


Imágenes para la historia

Mi colega de El País Jordi Vicent, editando una de sus imágenes en la sala de prensa


Ferran

Ferran Montenegro, fotógrafo de Levante-Emv


El hijo

Camps se llevó un día a su hijo Fran, que estudia Derecho y aparece en segundo plano en el interior del coche que conduce su ex jefe de gabinete, Pablo Landecho


Ricardo me mira raro

Ricardo me mira raro


El sastre con nombre de torero

El sastre con nombre de torero


El taxi

El sastre José Tomás protagonizó dos entradas triunfales en taxi. Me gusta más la segunda, con el vehículo estacionado frente a la puerta del tribunal y el principal enemigo de Camps en un escorzo curioso.


La Trini

Trinidad Miró fue con Camps consejera de Cultura y, en la actualidad, es diputada autonómica. Es una de las escasas fieles que acuden a menudo a la sala para mostrar su apoyo inquebrantable al acusado.


Los hombres de negro

El despliegue de fuerzas de seguridad es, a todas luces, desmesurado. Policía local, nacional, guardias civiles y "secretas" pululan por la puerta en cantidades industriales y, ajenos al trabajo de los fotógrafos, lo mimos que joden una que te apañan otra. Ésta me gusta, la verdad.


Juan

Mi colega Juan Navarro, fotógrafo del diario Público


El reflejo

El rostro del ex secretario autonómico de Turismo, Matías Pérez Such, citado como testigo, se refleja en un teléfono móvil de una periodista.


Otros trajes

Al juicio asisten como público personajes de lo más variopinto. Obviamente las vestimentas "alternativas" llaman mucho la atención en este contexto.


La derrota

28 de diciembre. Esta es la imagen más dramática que he captado hasta ahora de Francisco Camps, justo el primer día en el que llega al tribunal sentado junto al conductor y no en el asiento trasero como ha sido habitual hasta ahora. Los reflejos del cristal y el rostro del policía acaban de componer la sensación de claustrofobia que trasmite la imagen.


El pequeño juez

La escasa estatura física del juez Juan Climent, a la izquierda, acompañado del secretario, ha dado pie a muchos chistes fáciles.


Dos realidades

Desde la puerta del tribunal capto este momento, una mezcla de la nueva ciudad y de la vieja.


La bici huevo

Y poco después esta otra, una bici huevo.


Tedio

Ricardo Costa llega rodeado de un montón de gente. Parecen un grupo de ejecutivos o algo así. Transmite abatimiento, tedio. No sé, hoy (29 de diciembre) hace dos semanas que comenzó el jucio y mañana me voy de vacaciones hasta después de Reyes.


Tania

Pero antes, después del juicio y de un acto de esos llenos de señores con corbatass y mirada extrañas, me tomo un café con Molines, Rober Solsona (ABC), Benito Pajares (El Mundo) y mi querida Tania, fotógrafa de El País.


Pensativo

Hoy es 9 de enero. Se acabaron las vacaciones y vuelvo a la puerta del tribunal. Muchos menos policías y también un espacio más reducido para los fotógrafos porque ya no se corta el paso de los peatones por la acera. Llega el juez Climent con aspecto de despistado, como si necesitara un café.


Back side

Y Camps, que hoy luce un llamativo abrigo (o eso me parece). De todas, esta vista trasera es la que más me gusta.


Reflejos

Martes, 10. Una mañana fría. Rayas horizontales sobre el rostro borroso tras el cristal del coche. Todo es cada vez más oscuro.


Pantallas

El final del juicio cada vez está más cerca y Camps parece cada vez más alterado.


La esposa

11 de enero. Vuelvo a ver a Isabel Bas. La esposa de Camps ya no entra a la sala por la puerta principal, pero sigue acudiendo al juicio. Era algo bastante absurdo, él llegando en coche y ella a pie sin cruzar una palabra.


Fieles seguidores

El lucio tiene un grupo de fieles espectadores, cada vez menos, que defienden a ultranza la inociencia de Camps


Y Ricardo

Ricardo Costa, a diferencia del rostro inexpresivo y forzado de Camps, siempre permite captar imágenes con cierta gracia.


Llega la lluvia

Llega la lluvia


Lluvia

Es día 16 de enero. Llueve, no mucho, y hace frío (tampoco en exceso). Tal vez sea yo, aunque no lo creo, pero la imagen de este hombre agranda su valor simbólico según pasan los días de este juicio. Es un ejemplo de lo que está pasando en Valencia, quien condujo a esta comunidad a la ruina y contó, sin embargo, con el apoyo mayoritario de los votantes. Asuntos sobre los que reflexionar bajo un paraguas.


El guardaespaldas

El guardaespaldas de Francisco Camps cierra las puerta del coche al que se acaba de subir el ex presidente de la Generalitat Valenciana. Es 23 de enero de 2012. El jurado se ha retirado a deliberar, su suerte está echada.


Cabizbajo

Cabizbajo. Ricardo Costa a su llegada al tribunal el día en el que comienza a delberar el jurado.


El chino de la bici

El chino de la bici. A media mañana pasa por la puerta del tribunal y nos mira fijamente sin atender a los peligros del tráfico.

  • 26 diciembre, 2011