Me siento con Luca a beber pálinka mientras el cocodrilo pasa bajo nuestros pies. Ella cree que este orujo de frutas lo cura todo. Me ofrece un trago y me preparo para no aparentar dolor. Sudamos tanto que sus hermosas manos sujetan con dificultad el vaso. Miramos los extraños peces. Hemos acabado en el zoo por alguna extraña razón y luego bailaremos All the rage back home.
Viajamos para hallar nuestros límites.
Un pequeño ventilador en el suelo remueve el calor. Permanecemos tumbados en la alfombra. Por mi mente pasan las imágenes de algunos conciertos, los momentos de pasión, el momento presente. Este viaje sin nostalgia.
El cocodrilo agita el agua.
Luca pasea sus dedos sobre mi piel.
Ahora soy ese artista que se lanza sin miedo sobre el público.
