Stop

Esto fue allá por marzo, o abril, cuando conocí a Ulrike Ottinger y me vi sorprendido, una vez más, por esa extraña humildad de los verdaderos artistas y por la no menos hilarante mezcla de francés con toque germánico salpicado de anglicismos con que nos explicaba su trabajo. Desde entonces he repasado muchas veces sus fotografías y sus notas. Lo otro fue ver a Antonio Vega consiguiendo sobrevivir, perderme por algunos lugares de Lanzarote, constatar cómo va muriendo mi capacidad para escribir a la vez que renace en el mismo lugar donde agoniza (ese extraño proceso…), publicar fotografías de forma anónima, desmontar una empresa y montar otra…por marzo o abril, más o menos.

Y dejar que pase mucho tiempo sobre este sitio. Hasta que cada cosa vuelva a tener su sentido y cada dolor su explicación.