Dehesa de la Villa

Una tarde de julio, mientras la ciudad duerme la siesta. Apenas un puñado de seres se mueve entre la dura luz del bosque que intenta preservar su identidad. El orden aleatorio de pinos, encinas, alcornoques, almendros y acacias que no han sido ordenados en hileras por la mano del hombre....

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  • 26 diciembre, 2009