The first day
No hace mucho, en realidad. No podía con los rechazos ni con las indiferencias. Las evitaba. Me escondía en algún lugar en el que lamentarme de la ignorancia ajena respecto a mi trabajo, me condenaba el culto de unos pocos, al milagro de un día de suerte. Ahora todo se mueve en otra dirección. Estoy preparado.