Poco o nada queda de aquello que llamaron fiesta. Apenas la diaria decadencia de sus ritos, cada vez menos emocionantes y privados de la comprensión y de la verdad que en otras épocas le dieron esplendor. Tiempos nuevos se abren paso mientras el tendido bosteza. Juan Bautista, El Cid y Alberto Aguilar se las vieron con seis de la ganadería de Victorino Martín en la plaza de Valencia.