Crónicas del FIB. Día 1
En el algún momento el asunto se fue de la manos. Contaba con ello en este regreso a un FIB desconocido, poblado por ingleses pasados de vueltas, nigromantes pálidos, excesivos, de mal beber y peor comer. Vamos, ese tipo de gente que sale mucho por la tele cuando llega el verano. Esto fue un festival de música durante bastantes y buenos años. Ahora parece el parto de un touroperador barato, una broma costosa, una cagada monumental de Vince Power. Solo falta incluir en el paquete la sangría y las muñecas hinchables. Claro que yo hago fotos y los excesos, en especial los brutos, siempre lucieron bien ante las cámaras. También los cantantes, como el gran Tim Booth, agarrado a la mano de sus fieles, fritos por el calor, pero contentos porque James dejó el pabellón alto. Porque del resto ni fú ni fá. Ellie Goulding despacha cancioncillas que parecen descartes de Hannah Montana, los Klaxons hacen bastante ruido y producen pocas nueces, mientras el rapero Tinie Tempah demostró que allá en las islas, de donde vienen estas gentes níveas, tiene tirón. Que no digo que le falten méritos, pero como ese rollo no me va preferí rememorar unos bailoteos previos con John Gray. He vuelto al FIB después de unos años. Y sea lo que sea, la que sigue es la crónica visual de lo que ví. Ya con eso espero que sirva para hacerse una idea.