Hace un tiempo, algo más de un año, tuve la oportunidad de acercarme a un grupo de personas que sufrían en sus carnes o en la de sus familiares el Alzheimer. Pude comprender la vida de Antonio, que fue piloto de helicópteros, de su esposa y de su hija. También la de otras personas que, como él, acuden al centro de la Asociación de Familiares de Alzheimer de Valencia. Algunas de estas imágenes se publicaron y otras no, permanecían separadas en mi archivo hasta el día de hoy, en el que su recuerdo me ha pedido que las una en esta historia.