Hace tiempo que quería retratar a José. Es esquivo y tímido, aunque ha aprendido a esconder el respeto por la cámara. Siempre lo vi en las plazas mirando al suelo, concentrado. Buscando esa extraña perfección reservada a los mejores. Solo una aparente evasión. Después alzaba la cara y afrontaba el riesgo sin vacilar.