Un recorrido por el paisaje alterado de Valencia, modificado en nombre de ese progeso incierto de las inversiones superlativas. Esas que en los años de prosperidad trajeron obras y promesas que dejaron una huella sólida, incompleta, rota o simplemente pasaron sin rastro porque nunca dejaron de ser unas líneas escritas por un gabinete de comunicación en un papel que leyó un político. Barcos, bólidos, edificios. Seres humanos. Cientos de millones (los que sean, quién lo sabe con precisión) que permanecen entre nosotros transformados en monumentos fantasmas, en solares cubiertos de basura, en habitantes de los límites que otros trazaron en nombre de su progreso, como aquellos golpes que se dan por tu bien. Es una visión de Valencia. Aquella que no quiso ser aunque se empeñaron, y cómo, en que lo fuera.
Charo ¿Cómo estás? aquí te mando unas instantáneas de la «bella Valencia». Si me dedicas un minutito más verás para que están sirviendo las «antiguas» bases de los Equipos de la Copa América. ¡Tan pobre como estéril! que algunos «pensemos» para sacárles a Ellos ( El partido Popular) las castañas del fuego… ¡¡Deprimente!!
Por cierto, el día que dije que te llamaría te llamé pero debiste desconectar. Entendí que estabas cansada. O más sencillo: ¡¡no tenía ganas de hablar conmigo!! Ningún problemas. Ya sabes que no me gusta ni siquiera pensar que pueda ser «un pesado» del que tengan que huir!!!!
Buffffff ¡insoportable para mí!!!!
[…] Reportaje fotográfico sobre la arrasadora huella que la pre-crisis dejó en Valencia […]
gracia
excelente reportaje de la sin razon y la barbarie especulativa,….
Ana
Desde luego un gran trabajo, un reportaje que muestra la realidad que nadie quiere ver o afrontar. Vivo a dos minutos a pie del puerto y conozco bien el cabanyal, así que me parece que este reportaje plasma de una forma más que exacta la situación. Siempre he vivido en el mismo sitio y ver como han dejado que un barrio como el cabanyal muera poco me duele muchísimo, mi abuelo vivía en él y recordar los paseos infantiles junto a él y pasar de nuevo por las que se supone son las mismas calles es triste, ya que están destrozadas, plagadas de solares y drogas, y edificios hermosos que se deshacen por el paso del tiempo y el olvido… Y el puerto, ¿qué se puede decir nuevo? Sólo que ver toda esa arquitectura que sólo se utilizó una vez y que ahora se oxida y cae en el olvido… Cada vez que la miro no veo edificios, veo fajos de millones de euros que, la erosión y el salitre están dejando inservibles, pero sobretodo, este gobierno valenciano que ha decidido olvidar que nos ha robado lo que es nuestro y nos deja languidecer como bestias malheridas e impotentes.
Gracias por este maravilloso reportaje. Un saludo.
4 respuestas a «La ciudad que no quiso ser»
Charo ¿Cómo estás? aquí te mando unas instantáneas de la «bella Valencia». Si me dedicas un minutito más verás para que están sirviendo las «antiguas» bases de los Equipos de la Copa América. ¡Tan pobre como estéril! que algunos «pensemos» para sacárles a Ellos ( El partido Popular) las castañas del fuego… ¡¡Deprimente!!
Por cierto, el día que dije que te llamaría te llamé pero debiste desconectar. Entendí que estabas cansada. O más sencillo: ¡¡no tenía ganas de hablar conmigo!! Ningún problemas. Ya sabes que no me gusta ni siquiera pensar que pueda ser «un pesado» del que tengan que huir!!!!
Buffffff ¡insoportable para mí!!!!
[…] Reportaje fotográfico sobre la arrasadora huella que la pre-crisis dejó en Valencia […]
excelente reportaje de la sin razon y la barbarie especulativa,….
Desde luego un gran trabajo, un reportaje que muestra la realidad que nadie quiere ver o afrontar. Vivo a dos minutos a pie del puerto y conozco bien el cabanyal, así que me parece que este reportaje plasma de una forma más que exacta la situación. Siempre he vivido en el mismo sitio y ver como han dejado que un barrio como el cabanyal muera poco me duele muchísimo, mi abuelo vivía en él y recordar los paseos infantiles junto a él y pasar de nuevo por las que se supone son las mismas calles es triste, ya que están destrozadas, plagadas de solares y drogas, y edificios hermosos que se deshacen por el paso del tiempo y el olvido… Y el puerto, ¿qué se puede decir nuevo? Sólo que ver toda esa arquitectura que sólo se utilizó una vez y que ahora se oxida y cae en el olvido… Cada vez que la miro no veo edificios, veo fajos de millones de euros que, la erosión y el salitre están dejando inservibles, pero sobretodo, este gobierno valenciano que ha decidido olvidar que nos ha robado lo que es nuestro y nos deja languidecer como bestias malheridas e impotentes.
Gracias por este maravilloso reportaje. Un saludo.