La creación de Amapola

Hace un par de semanas me propusieron participar en un proyecto relacionado con la novela negra y en el que, creo que somos diez fotógrafos, hemos de ilustrar cada uno la obra que nos ha tocado en suerte con una fotografía. En mi caso se trata de Sesenta kilos, de mi compañero Ramón Palomar.

Una historia de traficantes de drogas, descerebrados de todo tipo, putas, gitanos y ex legionarios. Vamos, que no le falta detalle. Ni tiros, ni sangre. Tomé la decisión (no puedo contar más por razones obvias) de convertir en carne al personaje de Amapola que, según leo en una reseña es una prostituta capaz de iluminar la oscuridad «una auténtica mujer fatal. Inteligente y atrayente como un imán de gran potencia, tanto para los protagonistas de la novela como para el lector».

El caso es que, con la inestimable ayuda de mi amiga Yica, nos ha quedado como sigue. Ahora tan sólo falta elegir una foto.

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