La fotografía es inexplicable. De modo que, en realidad, la conversación resulta molesta. No del mismo modo que la tópica expresión del millón de palabras, aunque alude a esa circunstancia. De forma que siempre que alguien intenta explicar, en realidad desvirtúa. Hay que dormirse arriba en la luz (1).
Adiós a la máquina. La cámara no es nada relevante, tan solo un objeto como un papel o una emulsión. El proceso es interior, la imagen está dentro. Se forma mientras se borra, aparce cuando se va, queda grabada en una luz alterada.
Hay que leer, de algún modo. El conocimiento es fotografía. Aprender a olvidarlo en una imagen es arte. Dejar que ocurra es sublime. Ser sin estar.
Your love alone is not enough (2). Existe un fin.
El precio es alto. Pobres de quienes creen que la fotografía es un acto inocuo. Ver causa dolor, ser testigo de la verdad es una carga silenciosa e irrenunciable.
(1) María Zambrano, «Método» en Claros del Bosque. Un libro que todos los fotógrafos habrían de leer.
(2) Una canción de Manic Street Preachers.