Pasta

Nos debatimos entre las ayudas a la procreación y los dentífricos chinos tóxicos. 2.500 euros por niño. Zapatero le empieza a pillar el tranquillo al asunto. Dar pasta resulta rentable, es lo que reclama el ciudadano, unas perrillas para ir dejando niños por doquier, ni vales descuento ni regalo seguro; en efectivo. A la gente le encanta que le den cosas. Le dan Colgate chino o de vete a saber y lo mismo sigue sin cepillarse los dientes, así que todos tranquilos, los que viven del implante y los que colocan aparatos a diestro y siniestro. Que hoy en día si no llevas aparato no eres nada, una buena dentadura metálica es lo más. Y con 2.500 no pagas ni las visitas.
Con la financiación infantil a Rajoy se le ha quedado cara de cebolleta en vinagre. Ya me dirán, pero creo que se acerca el fin de su carrera. Lo que son las cosas. Agarrado al clavo ardiendo de la conspiración, se le fue el discurso por las cañerías; le metieron el gol de los 2.500, que es lo que el personal quería oír, y ahora la ponen a unos cuantos ministros guapos y con tirón. Paradojas del destino: la pervivencia del terrorismo es ahora su única esperanza electoral.
Y otra cosa que ha hecho el presidente. Nos envía a Jordi a arreglar el desaguisado socialista. Vaya marrón. A la sombra del ministerio hace un frío que te pelas y, la verdad, en la vida política pesa todo menos ser ex algo; ser ex algo es lo peor. Porque dirás lo que dirás, pero el resultado suele ser que ni puto caso. A ver cómo se encaja a Sevilla en el asunto, por dónde le mete mano y en base a qué. Una cosa es que Pla esté acabado, que lo estuvo antes de inventarse la ortodoncia, y otra es que le vayan a poner la alfombra al señorito para que recambie a su antojo. Estas operaciones nunca salieron del todo bien y, en parte, el descalabro tiene su origen en aquellos lejanos días en que Lerma y Ciscar se juraron amor eterno a navajazos. O, sin ir más lejos, por ahí anda Zaplana, que se quedó sin feudo, sin vasallos y que tampoco podrá tener hijos con Rajoy.
Pero no se preocupen. Que hay tiempo y pasta de dientes para todos.