Lo que queda del poder, de los años de alfombras y palmadas, suele ser bien poca cosa. Veo a Mario, al histriónico y envejecido banquero, y solo se me ocurre decir que está viejo. También lo comparo con otros de su corte que ahora disfrutan de la cima con la misma pedantería con la que sufrirán el vértigo de la caída. Poco más. Yo hago fotos, estoy al otro lado y soy eternamente joven.
Esa es mi misteriosa fortuna.
Una respuesta a «Retrato de Mario»
Creo que ya puse esto en el facebook, me parece mas triste, humano y se lo ve pensar como nunca. No todos pasan por lo que pasó el quedándole como se dice en su tierra «folgos» para tener y repartir.