No estoy al tanto de los detalles en otros lugares. Por lo que respecta a este país no creo exista eso que llaman crisis de la prensa. (Dejó de existir el día en que sus editores entregaron a la niña desnuda como ofrenda al nuevo rico). Quisieron tener muchos medios y vendieron sus contenidos dejando en evidencia a los periodistas. Los anunciantes vieron que la información se podía pagar a precio de puta (cara entonces, barata ahora) mientras una camarilla de redactores competían por ver quién limpiaba mejor el trasero del todopoderoso empresario. Los lectores hemos recibido un trato despectivo, una mierda de contenidos, unas opiniones dirigidas, unas noticias recortadas (silenciadas si era necesario, a favor del que pagaba y en contra del que no), trozos con valor comercial, basura revendida una y mil veces, premios que ocultaban intercambios, críticas a favor de los lameculos del grupo de turno; una y otra vez las mismas tediosas crónicas, las mismas gastadas opiniones.
No creo que los de siempre hayan dejado de anunciarse.
Han visto que nadie se atreve a meterse con ellos y ya no hace falta ni dinero.
Basta con prometer calderilla.
A eso hemos llegado.