Cuando era crío una infección me dejó el tímpano dañado. Envuelto en decibelios, la vieja herida trasforma mi cerebro en una lavadora vieja. No es la primera vez, ni será la última. Me crujen los huesos. La tierra tiembla. Ya he escrito frases serias sobre el abandono causado por el ritmo. Estoy aquí, rodeado de adolescentes sin control. Llueve cava barato. Me molesta su espuma pegajosa. Tiran de mi brazo una y otra vez. Quieren fotos en poses absurdas. Saltan poseídos por la máquina valenciana. El zumbido se escucha desde kilómetros, como una torre Wardenclyffe de nietos de la ruta del bacalao. Tiemblan los bichos en las acequias y los vecinos en los sofás. Me hacen fotos, me gritan. Retumba la luz. La lavadora centrifuga una canción de New Order. New Order! eso es música clásica. Ojalá lo fuera, es una apisonadora implacable, adicta, ingobernable. Me subo a la valla y alzo las manos al cielo como una jodida estrella. Les encanta. Es tan surrealista la vida en esta ciudad…
Una respuesta a «Zumbidos en la torre»
Yo soy uno de esos nietos de la ruta del bacalao, el loco descontrolado que salta sin camiseta como si fuera una estrella de rock, gracias por plasmar en una foto un momento increiblemente excitante para mi. Gracias por inmortalizar una emoción. Un abrazo genio!