Txema Rodríguez

El tipo que clausura el festival Marenostrum es un dj que se llama Quintino y tiene aspecto de holandés criado en barrio pijo. Jura desde lo alto del escenario no haber visto nada como el público valenciano. Me he liado la manta a la cabeza aprovechando que ayer me dejaron medio sordo, para completar el ciclo y ahora mi propia voz me llega con un eco metálico. El taxista que me lleva a casa ha de repetirme tres veces las frases. El tipo que clausura el festival baja a abrazarse con su público. Se ve que es costumbre. Como tirar cava y dar de beber a los chavales que frotan sus pectorales en la valla de seguridad. Comparto agua con un segurata con oídos atestados de algodón deshilachado. Me dejo llevar por el ritmo. Fuera juegan Alemania y Argentina. Los judíos matan palestinos. Comienza a salir la luna, al fondo, sobre jóvenes que hacen ondear banderas valencianas, españolas y albicelestes; también toallas y camisetas. Cualquier cosa. La nota de prensa del festival habla de quince mil. Un señor mayor con aspecto de pirotécnico resopla mientras espera la orden para disparar carcasas llenas de papeles. Tambien salen llamas por unos tubos del escenario y dos robots que escupen vapor por las manos. Fuera los socialistas eligen líderes y el Papa habla sobre pedófilos. Pero aquí dentro no se oye nada. Solo a un tipo que grita Let´s make some fucking noise.