Miradas que no precisan ojos

Entre lo invisible y lo tangible, llegando a la homeostasis emocional.  Septiembre de 2007, Oaxaca, México. Gerardo Nigenda.
Entre lo invisible y lo tangible, llegando a la homeostasis emocional. Septiembre de 2007, Oaxaca, México. Gerardo Nigenda.

Cuando hablamos de la fotografía damos por supuestos muchos juegos de ingenio que tienen que ver con la mirada en su sentido más amplio. Con la capacidad de nuestro ojo, unido al artefacto que sirve de intermediario, para penetrar en las sombras de un ser humano, en las profundidades emocionales de una situación o en el carácter único de un hecho público o privado. Existe una expresión japonesa, Nensha, incluso para las imágenes creadas por la mente en una película fotográfica. Lo hemos visto en películas como The Ring o en un episodio de Expediente X que llevaba por título Unruhe en el que aparecía un caso de fotografía psíquica.

En ocasiones estamos más dispuestos a aceptar embustes o, al menos, teorías de dudoso rigor (aunque fascinantes) que algo tan sencillo como que la fotografía no precisa del ojo humano. O dicho de otro modo, que no sólo esa mirada física es la que está presente cuando se pulsa el disparador. Cada uno que le ponga el nombre que desee. La figura del ciego siempre aparece asociada a la del personaje dotado con una visión más profunda de la realidad. El profeta Tiresias perdió la visión no se sabe muy bien si por ver a Atenea en pelotas o por afear a Hera sobre sus roces carnales con Zeus, pero el caso es que en compensación por la pérdida de los ojos obtuvo el don de ver el futuro. Y esta creencia ancestral, la de la vista del alma, la de la armonía con lo que nos rodea, tiene mucho más que ver con la fotografía de lo que creemos.

Las inquietantes imágenes de Kurt Weston, las emotivas de Gerardo Nigenda o muchas otras como las recogidas en esta muestra del Museo de Fotografía de California que lleva por título Sight Unseen (Sin haberlo visto) pueden servirnos como reflexión en este momento en el que creemos verlo todo con nuestros ojos ciegos.

INFO:

2 respuestas a «Miradas que no precisan ojos»

  1. Vaya!

    Lo primero que se me viene a la cabeza es descargar ese capítulo de X files…

  2. No serías el primero 🙂